Ubicado en el estado de Ceará, el Parque Nacional de Jericoacoara fue creado en 2002 con el objetivo de proteger un ecosistema único y preservar la biodiversidad local. Antes de su creación, la zona estaba habitada por comunidades tradicionales de pescadores, cuya cultura sigue siendo un elemento destacado de la región. Con la creación del parque, se implementaron medidas de conservación para proteger su rica flora y fauna, así como las famosas dunas móviles y lagunas cristalinas. Históricamente, Jericoacoara ganó notoriedad como destino turístico en la década de 1980, atrayendo visitantes que buscaban belleza natural y tranquilidad. Actualmente, el parque es gestionado por ICMBio y se considera un ejemplo de turismo sostenible en Brasil.
El Parque Nacional de Jericoacoara es vital para la conservación de ecosistemas costeros, incluyendo dunas, manglares y lagunas. Alberga una rica biodiversidad con especies endémicas y en peligro de extinción. Además, el parque fomenta el turismo sostenible, generando ingresos para las comunidades locales mientras protege los recursos naturales. Culturalmente, es un espacio donde las tradiciones regionales se encuentran con visitantes de todo el mundo, creando un intercambio enriquecedor.
El acceso al Parque Nacional de Jericoacoara es gratuito, pero los visitantes deben pagar una tasa ambiental para ingresar al pueblo de Jericoacoara. Esta tasa, que actualmente es de 41 R$, se destina a mantenimiento y sostenibilidad local. Puede pagarse por adelantado o al llegar. Hay guías locales disponibles para contratar, especialmente para rutas y visitas guiadas, garantizando seguridad y una experiencia más completa. Para aprovechar al máximo la visita, se recomienda reservar actividades con antelación, especialmente en temporada alta.
El parque cuenta con normas estrictas para la preservación ambiental. No está permitido acampar, hacer fogatas ni dejar basura en las áreas protegidas. Las rutas solo pueden recorrerse en caminos señalizados, y los vehículos están autorizados únicamente en zonas designadas. Se recomienda el uso de protector solar biodegradable y ropa ligera. Lleve agua, pero evite envases desechables. Respete a las comunidades locales y a la fauna, evitando alimentar a los animales o alterar su hábitat. Siga siempre las indicaciones de los guías o de los carteles informativos.
El Parque Nacional de Jericoacoara puede visitarse durante todo el año, pero la experiencia varía según la época. La estación seca, de julio a diciembre, es ideal para quienes buscan días soleados y lagunas llenas, perfectas para relajarse. Entre enero y junio, las lluvias son más frecuentes, pero añaden un encanto especial al paisaje al recargar las lagunas. Durante los días festivos y la temporada alta, el destino puede estar más concurrido. Para una experiencia más tranquila, opte por meses de temporada baja, como mayo o septiembre.
Jericoacoara se encuentra a unos 300 km de Fortaleza, que cuenta con un aeropuerto internacional con vuelos desde Europa y otros continentes. Desde Fortaleza, se pueden tomar vuelos directos al Aeropuerto Regional de Jericoacoara, en Cruz, a 30 km del parque. Desde allí, los visitantes pueden llegar al pueblo en traslados o vehículos 4x4. Alternativamente, el trayecto puede realizarse por carretera mediante traslados o autobuses desde Fortaleza. Para un recorrido más auténtico, elija vehículos adaptados para cruzar las dunas.
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